Stres del inglés “tensión”. Es una reacción fisiológica del organismo donde intervienen diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante.
Ante una agresión se produce una reacción bioquímica mediada por el hipotálamo (centro de las emociones), la hipófisis y las glándulas suprarrenales (centro de reactividad). Con esta reacción química y por acción de las glándulas suprarrenales hay un aumento en la secreción de cortisol; lo que nos lleva a UNA RESPUESTA NATURAL PARA LA SUPERVIVENCIA.
Hay un sinfín de síntomas a nivel cognitivo-subjetivo, fisiológico y nivel motor u observable.
Esta multiplicidad de síntomas van a afectar el desempeño del individuo en el espacio privado, como en el espacio público; incluyendo su desempeño laboral.
Factores desencadenantes: cualquier estímulo externo o interno (físico, químico, auditivo, somático, erótico o sociocultural).
El stres crónico puede llevar a un trastorno de ansiedad generalizado, que de continuar puede llevar a una depresión. Este último padecimiento (que es muy frecuentemente no diagnosticado) puede alterar la respuesta sexual humana (RSH) o una persona con alteración en alguna parte de su respuesta sexual (RSH), también lo puede llevar a una depresión. Haciéndose así un círculo muy difícil de romper.
Las adicciones y los conflictos en la relación de pareja ( que se han visto aumentados en esta pandemia), son un factor muy importante para que se presente una sintomatología muy extensa que acaba por afectar al individuo en su salud individual, familiar y social.
El tratamiento temprano y atacar los factores de riesgo desde temprano es de primordial utilidad.
La educación en salud, sexualidad integral, utilización adecuada de los servicios de salud, la comunicación asertiva y las redes de apoyo es básico y fundamental en el tratamiento y rehabilitación de la persona(s) que padecen de stres contínuo.
